lunes, 23 de noviembre de 2009

DOS POLOS DE UN MISMO PROBLEMA

Entramos en una sala de clases cualquiera y no es difícil encontrarnos con niños que dan vueltas y vueltas antes de sentarse, que saltan por todos lados y que aún sentados mueven sus extremidades sin parar, otros sin embargo son alumnos fantasmas que viven siempre en las nubes y mirando alguna pequeña mancha existente en el techo de la sala. ¿Cómo tratar a estos niños? ¿Cómo captar su atención?

¿Qué es el déficit atencional?

Es un trastorno de la conducta que se caracteriza por dificultades en la atención y concentración, así como impulsividad e hiperactividad, generalmente asociadas a un mal rendimiento en el colegio. Síntomas que en algunos niños disminuyen a medida que avanzan hacia la adolescencia, pero que de igual forma persisten en algún grado hasta la adultez.

Existen dos tipos de déficit atencional: Con hiperactividad y si ella.

Con hiperactividad:

Este tipo de niños se distraen con mucha facilidad, parece no escuchar cuando se le habla, no termina las actividades que comienza, además presenta dificultades de concentración, ya sea en los deberes escolares como en juegos y siempre llegan a sus casas diciendo a sus padres que algo se les extravió.

Sin Hiperactividad:

Se caracterizan por ser sumamente inquietos, van de un lugar a otro en la sala de clases, se suben a lugares peligrosos van y vienen, saltan por todos lados, abren y cierran puestas, aún si están sentados mueven pies y manos. Además se enojan con mucha facilidad, se frustran con facilidad si algo les sale mal, también suelen actuar antes de pensar y poseen cambios en su estado de ánimo.

Técnicas de manejo en el aula

• Las reglas deben ser pocas y claras. Éstas deben ser en lo posible determinadas por los mismos niños.

• Realizar rutinas en el aula.

• Darles refuerzos positivos, como por ejemplo felicitaciones y elogios cuando está concentrado, ser el líder en un juego, etc.

• Variar el tono de voz en las clases.

• Hacer contacto visual con los alumnos.

• Hacer preguntas que generen interés y discusión.

• Sentarlos cerca del profesor y al lado de alumnos atentos y concentrados.

• Destacar puntos importantes si se escribe en la pizarra, por ejemplo con plumones de distinto color.

• Emplear material didáctico, como fichas, diagramas, figuras, etc.

• Asegurarse que las instrucciones fueron entendidas.


Lo que nunca debe hacerse

• Suponer que el alumno es él flojo de la sala de clases.

• Renunciar a la tarea de ayudarlos. Estos niños generalmente ponen a prueba la paciencia de los profesores y pueden agotar a cualquiera. Lo importante es creen en sus capacidades de éxito.

• No involucrar a los padres. Invitarlos a la escuela, informar de los cambios que ha tenido el alumno, generar estrategias en conjunto para ayudarlo, etc.

• Olvidar al alumno tranquilo que se sienta al fondo y que pasa inadvertido y anónimo durante todo el año escolar.

Los profesores estar alertas al comportamiento de los alumnos en la sala de clases y jamás etiquetarlos sin saber las verdaderas razones de su comportamiento. Además es importante destacar que éstos cumplen un rol importante en la detección del déficit atencional, por lo cual debe orientar a los padres para que pidan ayuda a algún especialista.

Fuente:
Educarchile. Déficit atencional. Visto en 22 de noviembre, 2009. Extraído en sitio: http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?GUID=123.456.789.000&ID=74180

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